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y por qué acepte aquel regalo,
palabras vacías
cuando no  las pedí,
ablandé mi corazón,
cuando no lo había preparado
para dejarlo latir a ritmo
de corazonadas y no de razonamientos,
y por qué se montó aquel cuento
sabiendo que no iba a tener final feliz,
no creo en las últimas palabras que escuché,
no creo en los cuentos,
sólo creo en los momentos
en esos que yo sentí,
porque alguien me hizo sentir.

hoy no va de poesias

hoy tendría mil palabras que podrían sacar lágrimas a los corazones más fríos,
pero sería tirar mis palabras,
hoy quiero aprovechar esas palabras, para crear algo bonito,
se pueden caer montañas por mil razones,
una por que te empeñes en tirarla,
y otra por que te la derrumben,
en el primer caso hay que arrepentirse,
en el segundo caso no hay que derramar ni una lágrima,
y con los restos de la montaña derrumbada,
crear otra más alta, más fuerte,
que nadie tenga derecho a romper.
Porque hay corazones vacíos,
y qué triste tiene que ser eso,
mi corazón está lleno,
y por eso mi corazón puede sufrir,
pero también le permito sonreír,
le permito ponerse nervioso
con un nuevo amanecer,
le permito dejar de latir sólo
cuando hay grandes tormentas,
pero sobre todo le obligo a latir.
qué malo tiene que ser tener un corazón vacío.

tic tac

tan larga fue la primavera
que el verano llegó como eclipse interminable,
las hojas que derramó la primavera
alimentaron corazones hambrientos de sol,
la lluvia había dejado un montón de lágrimas
en almas llenas de espacio,
la luz que desaparecía en cada atardecer,
entre nubes asustadas por el calor,
se adentraba entre los sueños
que todos habíamos dejado abandonados
en aquel frío y lejano invierno.